Preocupados por lo que dejaremos a las generaciones futuras, estamos en un proceso de certificación HVE.
Llevamos muchos años participando en enfoques respetuosos del medio ambiente. Cultivamos la viña de una manera razonada. Es un enfoque ecológico que va de la vid a la botella y hace caso al viñedo en su conjunto: protección de viñas, aire, agua, suelos, salud de los empleados, mantenimiento y desarrollo de la biodiversidad, gestión de residuos. También nos comprometemos a producir un vino sano y de calidad, elaborado con prácticas naturales y respetuosas del ser humano.


LLevada con lucha razonada, la viña se lleva a cabo con una meta del control de los rendimientos y de la producción basados en la calidad (menos de 45 hl/ha). Muchas de nuestras viñas están plantadas en la dirección del viento de «autan» para reducir los tratamientos y para asegurar la mejor condición sanitaria posible: nuestro vino es la expresión de una tierra respetada.
Estas atenciones desde la viña hasta la bodega nos permiten minimizar las dosis de azufre en nuestros vinos (lo que nos sitúa en la categoría de vinos naturales). Por otra parte, nuestros tintos no se pegan ni se filtran hasta el embotellado para preservar todas sus cualidades gustativas… Producimos vinos en los que el hedonismo acompaña la sensación de trabajo bien hecho.








El consumo excesivo de alcohol es perjudicial para la salud.